Escribe tu propio credo sobre la muerte, aquel que te hace sentir bien, que te aporta serenidad, paz y armonía. Lo que resulte de este ejercicio será aquella verdad en la que tú decidas, en este momento, creer.

Como Tagore, intenta sintetizar tu credo en una sola frase. Esta puede ser el comienzo de un texto más largo, la conclusión, o bien, lo único necesario para capturar tu creencia.


Mi credo:
Mi esencia eterna volverá a su origen.


Qué tema tan difícil de escribir! Se me hizo un nudo en la garganta cuando comenzaron a brotar las memorias que consolidaron mis creencias acerca del tema de la muerte. Soy el primero en decir que soy muy afortunado de no haber experimentado la muerte de un familiar ni amigo muy cercano. Soy muy afortunado al no haber tenido una pérdida importante antes de entender, en mi visión particular, cómo es que somos partícipes en el desdoblamiento del espíritu del mundo.

Me acuerdo que fui a Valencia un fin de semana yo solo. Estaba medio deprimido. Renté una suite en la playa, pero era invierno y todo estaba vacío, a excepción de unas chicas guapísimas que estaban haciendo surf en el mar. Me metí sin mucha intención de hablarles, pero supongo que uno se acerca a ver si es bien recibido.

Pero el mar estaba congelado. Yo no sabía nada de surf y que sus trajes de neopreno las protegían del frío. Supongo que habrán pensado "que chico tan raro que se mete así". Pues sólo era yo ignorante de las condiciones del mar de España en invierno.

Noté el frío del agua, pero ya me había desvestido, y como no quería parecer cobarde nadé un ratito haciendo como si nada, para que al menos pensaran "bueno, es raro pero sí que aguanta el frío", pero desistí a los diez segundos. Era demasiado frío para oculutar mi cara de sufrimiento. Regresé a la suite para cambiarme e ir a la Ciudad de las Artes y las ciencias.

Como quería conocer el casco antiguo, di el largo paseo entre la suite en la que me estaba quedando y la famosa obra de Calatrava. Las calles eran muy bonitas, comenzó a pegar el sol de medio día y me estaba calentando el alma. Las calles de valencia están decoradas de naranjos que ofrecen sus frutos impecables a los transeúntes! Pero cómo puede ser que nadie las haya recogido todavía, habrá multa?

En una privada discreta "robé" una apariencia perfecta. Ah, naranja de valencia. La pelé entera y saqué un gajo grande para saciar mi sed. Era amarguísima! Resulta que en Valencia las naranjas no son naranjas de Valencia, un mesero me explicó que sólo sirven para hacer mermelada, por eso ni se molestan en recogerlas. Se podía comer, pero no era placentero.

Creo que si cambiara la frase por "Se podía vivir, pero no era placentero" resumiría mi estado de ánimo en ese periodo. Justo me había separado de mi grupo de biodanza en México, moverme a España había causado el rompimiento con mi pareja al darnos cuenta que no funcionaba a distancia, me sentía cansado de que la vida otra vez me agarrara de un lugar para colocarme en otro, pues me he movido mucho en mi vida y percibo casi literalmente cómo soy arrancado de raíz, y tardo un poco en pegar en tierra nueva, como cualquier persona supongo. Estaba pasando por un duelo distinto al de la muerte.

Para aliviar mi dolor existencial, la semana anterior había asistido puntualmente a un grupo de biodanza avanzado en Madrid. Como regalo de cumpleaños a una de sus alumnas, el maestro le hizo una ceremonia de renacimiento. Me acordé de mi ceremonia de Minotauro que experimenté en Biodanza en México, hacía tan solo tres meses. Pensé: se supone que renací para escapar de esta nube negra, cómo es que la nube negra me encuentra renacido? El renacimiento tiene que pertenecer al género de la superstición, porque he vivido en carne propia un convencimiento de haber renacido, y luego parece que el ser renacido desvaneció poco a poco, y aquí me encuentro en la misma situación que antes.

Decidí poner mi mente en otro lado. Paseando por la obra de Calatrava vi un edificio en forma de casco que despertó mi curiosidad. Qué es eso! Ah, un planetario! Proyectarán estrellas espero! Ehhh un documental de la mariposa monarca? Bueno, pues es lo que hay. Pedí unos nachos que eran sorprendentemente peores que los de Cinépolis y me senté a ver la película.

Comenzó con la historia un niño que jugaba con mariposas en el campo los veranos, en Ontario, Canadá (cerca de donde yo nací). Al crecer se empieza a intrigar por los ritmos de las mariposas, cómo es que llegan siempre en la misma época del año? y se da cuenta que realmente no saben ni de dónde vienen, ni a dónde van. Llegan a Canadá, se mueren, nace una generación nueva, y se van. Saben que tienen que tener un destino, pero dónde?

Con la ayuda de voluntarios comienza a poner etiquetas pequeñismas en las alas de las mariposas, y logran convencer a la TV que presentaran su idea: cuanto te encuentres una mariposa con esta etiqueta, mándanos una carta y con el remitente sabremos dónde la encontraste! Y así la idea se expandió de forma viral, mucha gente se involucró ayudando a rastrear dónde habían encontrado las mariposas con etiqueta.

El chico emprende una investigación de varios años, en los que va recolectando ubicaciones de dónde le han enviado cartas. Algo sorprendente sucede: sobre el mapa se traza una línea entre Ontario y el sur de Texas, "tienen que seguir a México, sólo que no hemos pedido ayuda a los mexicanos y por eso no recibimos cartas de ellos", piensa.

Viaja a México para pedir ayuda a los Mexicanos, y como sucede con tantos Canadienses que vienen a visitar este país (como mi padre), no sólo se enamora del país, sino que ese enamora de una mujer mexicana naturalista guapísima y en su jeep se van a explorar los montes de México y aunque no encuentran muchas pistas se nota que él es inmensamente feliz.

Hasta que en una de esas exploraciones, recorriendo los montes boscosos de Morelia Michoacán, comienza a caer un aguacero que les deja el parabrisas lleno de... Mariposas Monarca! Su lugar de hibernación debe de estar muy cerca! Se bajan del jeep y comienzan a ver los árboles! Ahí están! Parecen árboles de mariposa! Se abrazan emocionados.

La película termina en que son mayores y que se casaron y que las mariposas fueron una pasión de por vida para ellos y todo eso que nos enseñan en Hollywood. Agradecí que pudiera poner mi atención en otra parte durante dos horas. Me levanté para irme. Salieron las escenas después de la película, y salían fotos de los personas reales detrás de los personajes de la película.

"Meh, seguro es una interpretación muy amplia de basada en hechos reales", pensé. Los nachos estuvieron tan malos que ni me los terminé. Resolví mejor buscar la mejor paella de Valencia, eso seguro me alegraría el ánimo.

Busqué en Google Maps y caí en un lugar acogedor.

"Viene a probar la paella?" me pregunta el mesero. "Sí!" respondo entusiasmado. "Espera a alguien?", "No, sólo soy yo", "Lo lamento, pero sólo tenemos paella para dos personas en adelante". "No importa, traigo hambre". "No se lo va a poder acabar". "Con todo el respeto, usted no me conoce", respondo con un guiño. "Bueno, si se lo acaba, el chupito va por mi cuenta", se ríe. "Hecho, y además traigame esta botella" dije señalando al tinto más barato del menú.

La verdad es que el tamaño me decepcionó un poco, traía mucha hambre y apenas toqué el vino en lo que comía. Eché de menos el chorizo que le echamos a la paella de mariscos en México, en España eso es taboo. Como tenía que terminar la botella y comencé a mirar el teléfono, y busqué la historia que acababa de ver en el planetario. Pues resulta que sí eran hechos reales, seguramente endulazadas para el público, pero sí que la historia fue así! Anda, que buena aventura se aventó ese chico! El viaje el héroe que había realizado ese hombre había culminado de una forma tan arquetípica que lo confundí con ficción! Ya han pasado a mejor vida, pero sus nombres son Frederick Albert Urquhart y Norah Roden Urquhart.

"Pero si toda la historia no era una telenovela, tengo que reconsiderar y reinterpretar lo que vi en la película" pensé. Y la cosa más curiosa sucedió: repasando mis memorias de la película, vi una alegoría muy clara: la mariposa que emprende su viaje a México no es la que llega a Canadá. Emprende su viaje con un instinto de salir al norte, ni siquiera sabe su destino. Si tiene suerte, no se la comerán o morirá en el camino y llegará el momento en que tenga que detenerse para reproducirse y morir, sin lamentar no haber llegado a Canadá. El buscador que muere y renace psicológicamente lo hace para seguir su camino. El buscador renacido cuenta con nuevas herramientas y nuevos aprendizajes para continuar otro tramo, pero para llegar hasta el final de su vida? Eso sería cargar equipaje innecesario, o no?

Y sin embargo, la mariposa monarca, cuando llega a Canadá, se reproduce una última vez antes de morir. De esta última generación nace una "super mariposa" que es bastante más grande, fuerte y resistente que sus predecesoras, y esta vuela literalmente por encima nubes evitando los aguaceros que llevaron a su propio descubrimiento. Lo que llevó cinco generaciones recorrer a sus ancestros, esta lo recorre de un jalón. Y además: al llegar tiene que hibernar para madurar sexualmente.

Lo entendí: el renacimiento que había experimentado en biodanza era una mariposa macho muy bonita pero de las pequeñitas. Me transportó de México a España, y estaba muy bien equipada para ello, pero no está bien equipada para arraigarse aquí. Las mujeres españolas le parecen incomprensibles, carga una botellita de habanero en la bolsa que le echa a la tortilla española, y no sólo es ignorante de las costumbres y usos de este país, sino que le parecen ridículos. ¿Qué estaban pensando cuando sembraron naranjas amargas en Valencia?

Y así entendí que mi composición psicológica se desmonoraría cíclicamente provocando una especie de renacimiento o recomposición distinta a lo que era antes, pues con cada depresión hay una reevaluación interior y de eso emerge una nueva forma mejor adaptada para lidiar con el mundo, y esto era lo que estaba experimentando.

Ya había leído (y entendido) que una vez que sufres depresión y te recuperas, es muy probable experimentar un episodio de nuevo más adelante. Racionalmente percibía que este cambio de país había hecho brotar nuevamente mi depresión, y que poco podía hacer mas que auto-contenerme y resistir, pero la comprensión de esta alegoría me permitió acomodarlo en el mundo interior como un proceso constante de renovación, y mi "lucha contra la depresión" se convirtió en un proceso más bien de duelo, de aceptación de las circuntancias y las emociones.

Desde esta alegoría entendí que moriría y renacería muchas veces más con un destino que no conozco, e intuí que en algún momento nacería una "súper mariposa" que haría el trabajo espiritual de cinco generaciones, y casi me alegré de estar deprimido. Significaba que el momento de morir se estaba acercando, y que este nuevo ser que emergería de mi muerte estaría mejor adaptado para lidar con este cambio de ecosistema. Y luego esta moriría también, y el renacido continuaría el trabajo hasta cumplir su ciclo y así sucesivamente.

Volví algo borracho a la suite, y al siguiente día tomé el autobús a Madrid. No había cambiado mi estado de ánimo, pero sí había cambiado mi perspectiva. Me tomó semanas integrar este evento en apariencia tan sencillo, pero cuando terminé de hacer el trabajo interior, entendí que mis muertes metafóricas no son sino ecos lejanos de la muerte que voy a experimentar, y si bien sigo teniendo un ego solipsista que perdura a través de estas muertes, cada vez que sucede distingo mejor lo que es eterno de lo que es temporal en mi.

Este ego no se necesita una vez que que hayamos llegado a nuestro destino, y por lo tanto quedará esencia pura, la misma esencia de la que nos originamos, y nos reintegraremos con el todo.


Podría quedarme tan solo con tu frase inicial a través de las que nos compartes tu credo: "Mi esencia eterna volverá a su origen"

Pero, haciéndole honor a mi amigo que dice que ante cualquier estímulo escribo, tu texto se convirtió en un fuerte estímulo que me lleva a compartir contigo lo que no quiero dejar en el tintero.

Sin duda eres afortunado al no haber experimentado la muerte de ningún ser querido. Sin embargo, si ha habido momentos en los que como lo expresas "se podía vivir, pero no era placentero." La separación de tu grupo de biodanza, el rompimiento con tu pareja, el haber sido arrancado de raíz de tu tierra para echar nuevas raíces en tierra nueva te ha llevado a experimentar el duelo por las pérdidas de las cuales se muere a una forma de existencia para renacer a una nueva forma de ser, estar en el mundo y de trascenderlo.

Cualquier tipo de pérdida lleva consigo la experiencia de un duelo que, en distintos grados de intensidad, conducen al embotamiento emocional, sentimientos de frustración, de enojo, de desesperanza y de sentimientos a los que con frecuencia solemos llamar depresión, cuando quizás lo que se está experimentando es una especie de crisis emergente. Desde la perspectiva de la espiral de la conciencia, los giros presentan una fase descendente en la que la conciencia se detiene para cobrar consciencia y tomar la fuerza necesaria para superar cualquier tipo de crisis que se experimenta y así, continuar con su proceso ascendente. K. Wilber explica que cuando la persona no logra resolver y trascender las diversas crisis que se presentan a lo largo del proceso evolutivo, esta se estanca. También sostiene que cuando las crisis no logran superarse, la persona puede llegar a involucionar hacia estados menos desarrollados que pueden llegar a convertirse en disfunciones patológicas desde las más leves hasta las más profundas.

Compartes tu lucha en contra de la depresión y sobre cómo has llegado a contemplarla como un proceso de duelo y de aceptación de las circunstancias y emociones. Al leerte, no resistí la tentación de compartir hoy contigo algunas frases de Facundo Cabral sobre la depresión que a mí me encantan y que me parece que reflejan tu experiencia.

No estás deprimido, estás distraído del presente, donde sucede la vida. Los amaneceres y los ocasos, las montañas, los valles, los arroyos, los ríos y los mares, la selva, los guacamayos, (las mariposas), los monos, los tigres, los leones, los elefantes; el arte, la arquitectura, los seres humanos de todos los colores, el ilusorio tiempo que te empuja y la eternidad que te permite cambiar de rumbo y recomenzar a cada instante.

No estás deprimido, estás distraído de las maravillas que suceden alrededor tuyo, desde nacimientos a cosechas, desde revoluciones a conciertos, desde campeonatos de fútbol a viajes interplanetarios. No estás deprimido por algo que pasó, sino distraído del todo... que es ahora mismo.

El principio y el final, es decir la vida y la muerte, son invenciones de la mente. Deja al pasado de lado y sentirás toda la vida. La luz de la conciencia, seguirá iluminando los infinitos caminos de la vida.

En alguna parte de tu texto comentas que el buscador que muere y renace psicológicamente lo hace para seguir su camino pero entonces te preguntas si él cuenta con nuevas herramientas y nuevos aprendizajes para continuar y llegar hasta el final de su vida y sí esto no sería cargar con un equipaje innecesario. Más adelante respondes a tu pregunta cuando hablas de ese "ego solipsista" que al ir más allá de las muertes te permite contemplar que en "el fondo todo es yo".

En pocas palabras, al experimentar que uno mismo es el Universo entero, expresas tu credo diciendo: "Mi esencia eterna volverá a su origen." Y, la esencia, no es otra cosa más que la Nada, ese Vacío que todo lo contiene. Abrazos.