Despierto. Parpadeo, perplejo. Vengo del mundo donde aún no hay palabras, sólo sensaciones, y mi sensación es la de estar incompleto. Mi añoranza por aquello que me completa crece al tiempo que mi barriga se infla, y dejo salir un gran llanto llamando a esa presencia que me hace sentir calientito, que me reconforta, que me alimenta. Estoy incompleto. Mi panza se infla al tiempo que crece mi añoranza, y dejo salir un gran llanto. Y luego otro, y luego otro.

La presencia reconfortante me encuentra y me envuelve. El miedo, el hambre, y el fío se desvanecen, pero también emerge una añoranza aún mayor: la de fundirme con esta sensación. Me hundo en la presencia amorosa y nos reencontramos. Estoy completo de nuevo.


Despierto. Parpadeo, perplejo. Mi madre acaba de morir, pero desperté en mi cama. Vengo del mundo de los sueños, y mi consciencia aún es lo suficientemente flexible para entremezclar fantasía y realidad.

Siento el peor de los vacíos, una pérdida indescriptible, mi barriga se infla y dejo salir un gran llanto. Corro a la habitación de mis padres y abro la puerta sabiendo que no tengo permiso de entrar sin tocar, mi madre se incorpora en la cama y la veo ahí.

Mamá! Brinco a la cama y la abrazo. Se rie de mi efusividad. Qué pasó mijito? Te habías muerto, pero ya no estás muerta. Que bueno que no estás muerta mamá. Ay mijito estabas soñando, no te preocupes, estoy aquí contigo.


Despierto. Parpadeo, perplejo. No debería haber ruidos a esta hora, quién es? Es mi papá, viene llegando de Estados Unidos, y cuando va al extrajero siempre vuelve cargado de regalos. Me incorporo lo más rápido que puedo y la alegría que siento al verlo es indescriptible!

Ya saca los regalos papá! le imploramos. Se ríe y saborea del momento: no les da más alegría verme?, pero nuestra anticipación es tanta que pronto reparte a cada uno un juguete. A mi me toca un pájaro alado al que das cuerda y vuela, además de unos avioncitos de unicel.

Los llevaré al colegio y todo mundo querrá jugar conmigo! Ay papá como te quiero muchas gracias!


Despierto. Parpadeo, perplejo. Ella no me deja ni en sueños. Si no abandona mi pensamiento y mi corazón, debe significar que estamos destinados el uno para el otro. Pero ella no lo entiende, porque un rechazo de ella me destrozaría! Ella es mi todo!

Para que arriesgarme a destruir mi mundo con su desprecio! Mejor la miro de lejos. Sí, yo soy un perdedor, nunca me haría caso. Pero es que ella no entiende como me siento! Qué hago?

Me armaré de valor, le diré que me gusta, no hay de otra. Si este es nuestro destino, tengo que cumplirlo, así se queme el mundo y yo con él. Lucy, dame una cita, vamos al parque, entra en mi vida, sin anunciarte.


Vuelvo en mí. Parpadeo, perplejo. Estoy jadeando. Ella tomá mi rostro entre sus manos, "a dónde te fuiste?", me pregunta riendo. Me desplomo encima de ella, toda la tensión de mi cuerpo liberada en una gran explosión.

Me ruedo y alcanzo la botella de agua que nos regalaron en el hotel en el que nos vinimos a quedar este fin de semana. Recupero el aliento y le digo: sentí que yo no era yo ni tu eras tú, sentí nuestros cuerpos fundirse y me fui al infinito!

Ella ríe y me dice que la lleve a ese lugar también.


Despierto. Parpadeo, perplejo. No puedo creerlo, poesía emana de mi corazón sin esfuerzo alguno. Mi amada yace en la cama, te extraño aún estando conmigo, corazón. Ven hermosa, déjame acercarme, tu hombro está frío, yo te voy a mantener calientita amor.

Me acurruco con ella y las sensaciones melosas me brotan del corazon y el estómago y se extienden hasta las extremidades, como queriendo salir. El espíritu se alimenta y parece querer escapar los confines del cuerpo material!

Ella despierta, se da la vuelta, me mira a los ojos: que belleza de mujer. Me quiero ir con ella a una isla desierta, que nadie nos moleste, en años. Pasaríamos la vida dando paseos en la playa, yo sólo sacando langostas del mar, las cuales cocinaríamos en fogatas al atardecer.

"Te amo más que a nadie en el mundo", le digo.


Despierto. Parpadeo, perplejo. He escapado, por un momento, de la incesante charla en mi cabeza. He escapado del mundo de las palabras. Estoy ahí en donde las palabras aún no se han formado, por lo tanto, describirlo es algo que se encuentra fuera de los límites del lenguaje.

Inflo la panza y dejo salir un gran suspiro. Haciendo la observación interior, comienzo a percibir el corazón espiritual. Lo observo sin intención de encenderlo, pues éste tiene su propia voluntad. Respiro, y sigo observando.

Me siento incompleto. Mi panza se infla al tiempo que crece mi añoranza, y pido de esa presencia que me alivia, aunque es el corazón espiritual quien llama.

La presencia reconfortante me encuentra y me envuelve. El miedo, el hambre, y el fío se desvanecen, pero también emerge una añoranza aún mayor: la de fundirme con esta sensación. Me hundo en la presencia amorosa y nos reencontramos. Estoy completo de nuevo.*

  • Aunque hemos trazado un círculo y en apariencia volvemos al punto de origen, el recorrido se hace sobre una espiral y terminamos en coordenadas similares pero en una ubicación distinta.