Transcripción:
Llevo unos días escribiendo en cuaderno y he redescubierto la libertad--pero también honestidad, detrás de la letra manuscrita. Es la forma más honesta de comunicarse. No permite ediciones. Uno obliga al lector a acompañarlo en sus dilucidaciones.
He de decir: he trabajado más bien poco, el espíritu parece traer una semana de retraso con respecto al cuerpo, pero lo percibo recobrándose. He de admitir: sentí anhelo de un cambio grande, a veces es necesario descansar hasta hartarse, para retomar bríos, y esto es a lo que me he dedicado los últimos días.
Solía escribir mejor en manuscrita (según recuerdo), espero recobrar habilidad conforme haga este ejercicio. Creo que entiendo el compromiso: es necesario ser completamente honesto, y las hojas vienen numeradas, así que no las puedo arrancar. Me gusta el ejercicio, pero que no se convierta en vanidad, por el momento es sólo sentarme a escribir lo que causan las impresiones del día, el resultado de la experiencia.
Pero la experiencia es personal, para anotar mi trabajo tendría que hacer pública la interacción con mi familia, y eso no lo voy a hacer. Por lo tanto, en lo público lo personal es fuente de inspiración. Es necesario hacer poesía para transmitir ese saber--pero yo qué sé--socrático. ¿Cómo puedo transmitir una sensación en un aforismo?
¿Qué sucede en mi cuando desprecio a alguien?
Un deseo de sometimiento, según la teoría Adleriana. Despreciar a alguien es una reverenda pérdida de tiempo porque es entrometerse en la tarea de los demás. Cualquier pensamiento de desprecio hacia el prójimo es una terrible enredadera que hay que arrancar de raíz.
Despreciar es meterse en la tarea de los demás
Ese es el aforismo que estaba buscando. Me gusta.
Voy a intentar este formato unos días más. Me gusta la sensación de no poder retroceder en mi camino, que es la misma regla que tengo para explorar el mundo físico: evita pisar tus propias huellas, no vuelvas por donde llegaste (a menos que te encuentres en una situación de emergencia).
Sólo hay tanto qué escribir en un día, y el día de hoy ha terminado.